Wenceslao Marcial Guillén, Wen

Wenceslao Marcial Guillén, Wen
Fundador de Los Panfleteros de Santiago

lunes, 12 de abril de 2010

MOTIVO DE ESPERANZA Y ORGULLO. Por José Jordi Veras R.

http://diario55.net/?6/1138




José Jordi Veras R. Abogado.
jordiveras@yahoo.com


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José Jordi Veras R.

MOTIVO DE ESPERANZA Y ORGULLO.

Cuando nuestro padre decidió hace unos años publicar su experiencia y sus vivencias con relación al caso de sus compañeros de lucha de muchacho, específicamente con los panfleteros, en un inicio no comprendía el por qué y el gran valor que significaba para él escribir y dar a conocer en forma clara el sacrificio de sus amigos los panfletistas de Santiago.

Desde que decidiera recopilar la mayor parte de los artículos publicados desde el año 1981, en un libro que se tituló “Los panfleteros de Santiago y su desafío a Trujillo” hasta hace poco que hiciera realidad su segunda obra con el título “Los Panfleteros de Santiago, torturas y desaparición”, en esta le da participación testimonial a una serie de personalidades que estuvieron en La 40, en el momento en que todos estos muchachos de ideales progresistas, fueran salvajemente asesinados, como fueron: Luís Gómez Pérez, José Tallaj, Wenceslao Vega, José Antonio Constanzo, Julio Escoto Santana, Rafael Cucuyo Báez, Rafael Valera Benítez, Francisco Adolfo Bello Franjul, José Israel Cuello, Ramón A. Blanco Fernández, Freddy Bonnnelly, José Peralta Michel, Leandro Guzmán, entre otros.

En un país como el nuestro se hace necesario que construyamos una nueva sociedad con hombres y mujeres nuevas. Necesitamos que nuestros hijos e hijas no crezcan con el vacío de hechos y sucesos que ocurrieron en nuestra historia reciente y que son parte fundamental de lo nuestro. Hoy, cuando vemos a nuestro padre llevando a una que otra escuela sus experiencias de vida y las vivencias de sus amigos y compañeros de lucha y las inquietudes y cuestionantes que deja en la mayor parte de los jóvenes estudiantes es para expresar que existen motivos de esperanzas y de orgullo para decir que no todo está perdido y que aún tenemos tiempo de encaminar este país por mejores senderos que los actuales.

Hemos querido aprovechar esta vía para en varias entregas presentar ciertas experiencias enunciadas por quienes fueron testigos de lo ocurrido a los mozalbetes de edades de 15 a 21 años que se atrevieron a desafiar a Trujillo con sus panfletos.

De los pocos sobrevivientes, Manuel Bueno, expresa respecto a uno de sus compañeros, de nombre Enrique Perelló, lo siguiente: “Enrique se fue reduciendo hasta convertirse en una miseria humana”. “Sus gritos estridentes los profería, tanto a través de la ventanilla, como dando pasito cortos y nerviosos a lo ancho y largo de la pequeña celda”. “De ninguna manera hubiera podido sentarse un solo instante, puesto que, además de lo excesivamente inflamado que tenía el testículo herniado, la totalidad de su esquelético cuerpo se hallaba cubierto de llagas”. “Heridas abiertas en surcos cruzados por los latigazos que supuraban pus y gusanos, y estaban llenas de mierda”. “Lo sentaron en la silla eléctrica; le dieron corrientazos con las picanas; lo azotaron inmisericordemente con los güebos de toro hasta caer inconsciente al suelo; lo sumergieron en la bañera romana llena de agua con vinagre para conducción de la corriente eléctrica; y por último, como no hablaba ni que lo voltearan al revés, mandaron a buscar a Guillén, el cocinero, para que con su cuchillo boto de mondar, le arrancara los cojones”. “No dijo ni pío y tuvieron que dejarlo medio muerto porque no pudieron con él”. Esta narración espeluznante, no es parte de una ficción, sino que ocurrió y es parte de nuestra historia, que no debemos olvidar, aunque sí conocer. Hasta la otra entrega.

10 de Abril, 2010
11:18 AM

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