lunes, 13 de enero de 2014
La paradoja de la vida
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OPINIÓN
La paradoja de la vida
12 DE ENERO DEL 2014
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Darío Nicodemo
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Ciudadano
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Sobre mí
Ciudadano de Santiago de los Caballeros
El panfleto ideado y confeccionado por Wenceslao Guillén Gómez, Wen y en el que valientemente nombraba a Trujillo de un mierda, seguía recorriendo las entrañas del régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El efecto de despertar la población dominicana hacia su labor de protesta y desprecio al “amado jefe” en las calles de Santiago, Tamboril y Mao.
El 10 de enero del 1960, hoy hacen 54 años, un grupo de hombres y mujeres, cansados de tantas opresión y muertes, se dan cita en una finca de Charlie Bogaert en el paraje de la Guazumita, sección de Guayacanes provincia de Valverde donde formaron el Movimiento Clandestino 14 de Junio.
Manuel Aurelio Tavares Justo, Manolo, es electo presidente de la nueva institución, anti trujillista, que tenía como meta unificar todos los grupos formados en el país que se planteaban el derrocamiento de la tiranía de Trujillo.
El 14 de Junio, recién formado asume como norte el Programa de Liberación Nacional que, siete (7) meses antes, habían traído en sus mochilas los valientes expedicionarios de junio del 1959.
Pasaron muy pocos días después de la tirada de los panfletos y de la formación del 14 de Junio cuando comienzan a ser detenidos, por los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, SIM, los miembros de Los Panfleteros de Santiago y del Movimiento Clandestino 14 de junio.
Enero del 1960 fue un mes de mucha sangre y dolor para toda la sociedad dominicana. Lo mejor de su juventud, hombres, mujeres, obreros, estudiantes y sacerdotes fueron a parar a las cárceles de la dictadura trujillista.
Se activaron tenebrosos centros de torturas, La 40, El 9, La Beata, La Victoria, Palacio de la Policía Nacional y otros se convirtieron en casas de terror y muerte. En las cárceles dominicanas se agolparon presos de todos los extractos sociales del país. Parecían almacenes de despojos humanos.
Las más crueles torturas se aplicaron contra hombre, mujeres y hasta al niño José Feliciano Sosa Díaz, (A) Sosita, de Santiago, a quien los miembros del SIM, apresaron ya desesperados por no haber podido encontrar al panfletero Teófilo Luis Santos Proud-Home, (A) El Negrito.
Teófilo Luis, zapatero se había escondido en la casa de su padrino en El Ingenio, Santiago. Antes había estado refugiado en una casa de la antigua calle “Presidente Trujillo” donde estaba la “Zapatería La Tremenda” de Ramón Quezada.
Para la última semana de enero del 1960, Los Panfleteros de Santiago apresados y confinados en La 40 y las celdas del Palacio de la Policía Nacional habían sido brutalmente torturados. Sobre ellos se descargó la mayor de la saña y no era para menos. Solo con llamar a que, “Trujillo era un Mierda”, era suficiente para que la ira se desatara sobre ellos.
Manuel Bueno, relata detalles de crueles torturas practicadas a Wen Guillén, Enrique Perelló de El Ejido, José Rafael Colón, (A) El Analfabeto entre otros, en su libro “Cárcel y Guerra”. (De una cárcel de TRUJILLO a un comando de abril). Cuentos. Editora Taller, Santo Domingo. 1991.
A los Panfleteros de Santiago les habían hecho firmar una carta de aceptación de su liberación y probable salida del país, ofrecida supuestamente por el “Benefactor de la Patria”.
Presos del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, han narrado y comentado que esa “alegría” de los muchachos y hombres del grupo de Los Panfleteros de Santiago no dejaba de ser otra artimaña más de Trujillo. Ellos, Los Panfleteros de Santiago serian “portadores de mensajes” para los familiares de sus compañeros presos en La 40, cuando fueran liberados.
El 29 de enero del 1960 fue el día elegido para iniciar el asesinato a Los Panfleteros de Santiago. Unos fueron llevados desde las solitarias del Palacio de la Policía Nacional a La 40 y otros ya estaban allí, donde se cometió el vil y cobardemente crimen de estos valiosos hombres y jóvenes de Santiago.
Testigos dan cuenta de que a través de claraboyas de sus celdas pudieron ver cuando eran asesinados Los Panfleteros de Santiago y sacados en los baules de los carros “cepillos” utilizados por el SIM.
Se pretendió acallar sus gemidos de muerte acelerando al máximo los carros y el motor de una vieja camioneta que se encontraba en el patio de La 40. Sus cuerpos en “sacos y serones” fueron transportados a lugares desconocidos para hacer desparecer sus cadaveres, como ha sido hasta ahora. Se barajan nombres de varios lugares.
Lo más lejos que tenían Los Panfleteros de Santiago que el mismo día de su asesinato, viernes 29 de enero del 1960, en el periódico La Información de Santiago, se continuaba anunciando la campaña que promovía la manifestación, que al día siguiente, 30 de enero del 1960, celebrarían un grupo de estudiantes normalistas, secundarios y de liceos de Santiago y Licey en apoyo a Rafael Leónidas Trujillo Molina, en el Parque Colon de esta ciudad.
Que mal se hubiera sentido el profesor Pedro Jaime Tineo Tejada al saber que algunos de sus alumnos llamaban a apoyar al Jefe el mismo día y hora en que él fue asesinado.
Qué pensarían, Wen Guillén, Chepe Contreras, Jorgito Marín y otros panfleteros presos en La 40, que algunos de sus compañeros de estudios, mientras ellos eran acuchillados, convocaban a manifestación de adhesión al jefe, por medios escritos del país y a través de las emisoras de radio que componían la Voz de la Reelección de Santiago.
¡Ah paradoja de la vida!
10 de enero del 2014.
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